sábado, 18 de abril de 2020

Sentimiento

En el tiempo que llevo haciendo esto, he recorrido muchos caminos, estuve en distintos escenarios, guerras, fiestas. He estado en hospitales, casas, en las calles, pero nunca me había ocurrido algo interesante o memorable que contar, o siquiera, recordar. Excepto aquella vez.
Me gusta ingresar por las puertas, como un ser no invitado el cuál se invita a la fuerza, pero ella me recibió en la entrada antes de que yo la atravesara.
Me invitó a pasar a su cocina, en el cual ella se sirvió un vaso se agua y me ofreció, diciendo muchas cosas sin sentido. "Por fin llegas", "te esperé muchísimo tiempo", "¿cómo están todos?"
Sin más, me fui por donde mismo ingresé y escuché sobre mis espaldas
-¿Ya te vas? Bueno, espero volver a verte muy pronto.
Nunca he tenido emociones o sentimientos, pero algo dentro de mi, me hizo sentir diferente.
Pasaron unos días y revisé la lista. Su nombre aún estaba allí. Era hora.
Nuevamente ella se anticipó a mis movimientos, me recibió en la puerta y me invitó a entrar.
Pero esta vez, su casa estaba decorada. Habían globos, serpentinas, en la mesa había un pastel, una bebida, dos platos, dos servicios y dos vasos. Y sobre el pastel, unas velas que anunciaban sus 87 años.
Decidí darle unos minutos extras, en los cuales ella cantó "cumpleaños" para si misma, se sirvió comida y la degustó.
Al terminar, se puso de pie, camino sobre mí y me observó fijamente. Sus ojos negros y su oscura piel pálida cual higo seco me penetraban generando en mi, nuevamente esa sensación.
-¿es hora?
Me preguntó tomando mi mano desnuda, fría y descompuesta, mientras su mirada se ahogaba en pequeños hilos de lágrimas.
Caminamos hasta fuera de su vivienda y nos dirigíamos hasta un túnel.
Sin articular ni una sola palabra, ella soltó mi mano y me sonrió.
Se adentró solitaria a un lugar el cuál jamás seré recibido.
Se marchó sin mirar atrás, mientras el viento soplaba y levantaba las muertas hojas del otoño danzando entre ella y yo.
Hoy, mucho tiempo después, no he vuelto a sentirme así.
Pero lo reconozco, lo extraño.
Estoy fuera de un asilo, esperando a ser recibido, pero la invitación tarda en llegar.
¿Estará alguien esperándome del otro lado, feliz de verme?
By: Clo Todomore

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